miércoles, 4 de febrero de 2015

Lo que pasa en Morena ni se ve ni se oye
Por JESÚS SOSA CASTRO
En nuestro equipo de trabajo asumimos con entusiasmo las distintas tareas que se nos asignaron por parte de la Dirección de Morena. Lo hicimos porque era necesario y por convicción. Apoyamos la opción del Movimiento Regeneración Nacional, Morena, porque la izquierda oficial y la derecha antinacional se han pasado de facto a defender los intereses de la mafia criminal. Como millones de mexicanos, creímos que el descontento popular acumulado por la incapacidad gubernamental, podía encontrar en este partido el espacio buscado para transformar el país
A todos nos alentó el proyecto democrático inmerso en su ideario. Pensamos que la fuente de esa esperanza que albergaba la ciudadanía no se iba a torcer por las prácticas y vicios que se engendraban desde arriba. Por desgracia, la actitud acrítica y sumisa de la militancia prohijó los vicios que recurrentemente nosotros señalamos. Al asignarse las candidaturas, aquello que era oportunismo en los otros partidos, encontró en Morena el espacio que cobijó viejos intereses, profundizando los males que hoy vive una parte importante de nuestra organización
Muchos de esos aspirantes callaron ante lo que estaba sucediendo. Los que fueron sacados de la jugada por la Comisión Nacional de Elecciones, para abrirle paso a los amigos y a los incondicionales, pusieron el grito en el cielo y hoy convocan a la rebelión. A diferencia de ellos, en nuestro equipo de trabajo siempre mantuvimos una actitud crítica ante las arbitrariedades de los órganos de dirección y por eso pagamos el precio de ser desplazados de la precandidatura. ¡Estas decisiones no nos acongojan! Lo asumimos con toda dignidad
Sin embargo, la esperanza de que Morena fuera un partido distinto se está desvaneciendo porque los métodos empleados no se corresponden con lo que dicen sus líderes. Rechazamos la versión de quienes afirman que el descontento es infiltrado por las mafias del poder cuando lo que pasa en Morena, tiene su origen en el repudio a las prácticas imposicionistas y arbitrarias de su dirección. Por eso no aceptamos que quienes protestamos, lo hacemos porque no se obtuvo la bendición de los jefes. Nuestra crítica fue permanente porque así se dieron los atropellos a la democracia
No obstante, queremos dejar claro que el hecho de que a nuestros Comités territoriales les hayan negado la precandidatura, no nos llevará a salirnos del partido. La organización no es de los dirigentes, es de todos los que la construimos y vamos a defenderla porque hay la esperanza de que pueda ser el instrumento que canalice y resuelva las exigencias políticas y sociales del pueblo. No aceptamos la opinión de quienes dicen que ya llegará el momento y el lugar para discutir nuestras diferencias internas. Ese cuento lo hemos escuchado siempre y nunca ha llegado ni llegará si la base no impone otras formas de hacer política
Queremos decir con toda claridad que no nos prestaremos al juego de aquellos que siempre callaron los atropellos y sólo al quedar desplazados les están saliendo las protestas. Nuestra posición ha sido seria, crítica e independiente y la hacemos sabiendo del riesgo que esto representa. Nos desplazaron por ser críticos de los errores internos, no por arribistas. Como equipo de trabajo del Distrito Dos en la GAM hemos aprendido de la historia y eso nos ha dado un crédito político importante, mientras los designados por la Dirección hacen el ridículo en asambleas simuladas donde se impone una falsa democracia. ¡Todo viene desde arriba!
A los que no comparten lo que está pasando en este proceso electivo, los invitamos a construir los Comités Territoriales, dándoles vida orgánica y política. A protestar siempre en aras de impedir que Morena se la coman los oportunistas y los corruptos. Ha llegado la hora de buscar que nos vean, nos oigan y hagamos lo necesario para influir en la democratización de la vida interna de nuestro partido, y convertirlo en el instrumento capaz de encauzar las luchas del pueblo. Lo que pasa en nuestro país requiere de este tipo de organización y de militantes, que sean capaces de cambiar lo de adentro para tener autoridad y poder cambiar lo de afuera. La gente así lo exige y a eso hay que dedicar nuestro tiempo y nuestro esfuerzo


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