Entre corruptos y corruptores
Un apunte sobre el libro de Jorge Zepeda Patterson
Por JESÚS SOSA CASTRO
En estos tiempos de narcos y corruptos, hablar del resquebrajamiento
del país, del entreguismo del gobierno y del aplatanamiento de la gente, resulta
algo así como un anacronismo. En un sector de la prensa y en el mercado de
libros, lo que abunda, lo que se lee, lo que se busca o lo que se vende, son notas,
artículos y textos que dan cuenta del avance del narco y de la corrupción. ¡No
es casual! El país está invadido por estas lacras sociales. Los escritores y
los periodistas serios, hablan de estos fenómenos porque son los que dominan la
escena nacional. Aunque en la calle se afirme que todo lo que pasa en nuestra sociedad,
es una cosa calculada por el gobierno y sus contlapaches. Quieren distraernos
de los asuntos que están comiéndose la economía, el empleo, la seguridad y la
paz. Los que administran este país son los narcos, los corruptos, los
corruptores y los mafiosos, todos, ladrones profesionales
Un día de la semana pasada me fui a las librerías para ver
qué nuevas novedades habían aparecido. Andaba en busca de la Larga Travesía de
Ricardo Monrreal, Los corruptores de Jorge Zepeda Patterson y lo último de
Haruki Murakami. No encontré el de Ricardo. Mientras esperaba el inicio de la
marcha de los maestros para unirme a ella, me puse a leer Los corruptores. Después
de algunos minutos, ya me había posesionado del contenido. Encontré una trama
expectante, bien trabajada y un abuso feliz del manejo de la prosa y de la
actualidad política que estamos viviendo en el país
Pues bien. Dejé haciendo fila a Murakami y decidí no
interrumpir la lectura del libro iniciado. Quien lo empieza a leer, no se
desprende de él hasta concluirlo. Los pasos gatunos de los asesinos y los maniacos
desenfrenos narcosexuales de esta “clase política” invitan a seguir hasta el
final. Los albañales y el sigilo en que se mueven y accionan estos personajes,
alimenta la paranoia del lector para no dejar de seguirlos. Son tan fuertes y perversos,
que el autor logró meterlos en el interés de los adictos al misterio y a los
recovecos policíacos. La conjura se ocupa de la política, del poder de las
mafias, y del papel preponderante que ha alcanzado la corrupción en las esferas
gubernamentales
Es sabido que Jorge Zepeda Patterson es un estudioso de los
intríngulis del poder, de las deformaciones
y comportamientos de los líderes y burócratas que viven del presupuesto. Les ha
seguido los pasos a los que chapotean en las alcantarillas, cultivan el mote de
“jefes” y ha exhibido sus comportamientos, sus manías y las fuentes de su
poder. Es en estos niveles donde se dan las disputas políticas y donde los
lambiscones de oficio y desprovistos de pudor, cultivan la parafernalia
decadente en que se mueven estos sujetos En Los amos de México, Los intocables,
y un poco en Los suspirantes -libros del mismo autor- se encuentran los antecedentes
de lo que hoy profundiza JZP en Los corruptores. Destaca el conocimiento que
tiene de los políticos mexicanos y da un paso gigantesco para descubrir hasta
dónde ha llegado el crimen organizado en su apropiación de los puestos públicos
Encuentro un ingrediente nuevo en su libro. No se quedó
varado en lo que son y hacen los mafiosos y los políticos tranzas. ¡Tal vez ya
le resultaba aburrido! Los temas que
puso en los ojos de los lectores, tienen que ver con la habilidad del gobierno y
sus compinches para que la opinión pública se ocupe de los narcopolíticos,
mientras estos avanzan en el despojo que están cometiendo contra las riquezas
de la nación. Hábil como lo es, Jorge Zepeda Paterson adereza estos hechos exhibiendo los
asesinatos y los amoríos entre funcionarios y criminales
El autor de Los
corruptores sabe que hablar de los narcos y de los políticos del sistema, es la
misma cosa. La fuerza del relato policíaco, en nada demerita la contundencia con
la que los hampones del PRIANRD siguen haciendo de las suyas. Sobre todo,
porque no es un libro que hable de viejas historias. Sitúa a sus personajes en
los tiempos actuales y ubica, con toda atingencia, los posicionamientos y
compromisos que, por intereses de mafias, siguen tramando los líderes corruptos
de los partidos registrados
Jorge Zepeda Patterson exhibe los mecanismos que usan los
corruptores para doblarles el espinazo a los políticos hueseros. Señala que
aparte del dinero público que corre a borbollones entre gobernantes y
delincuentes, es el halago permanente y la amistad fingida que manejan “los
jefes” lo que termina por someter a sus contrapartes. Aunque lo grave que pone sobre
la mesa, es el hecho de que el poder del narco, la corrupción y la política, es
una triada que se ha instalado en los palacios de gobierno amparados por la
impunidad
Yo, como Patterson, sé que las mafias andan desatadas dentro y fuera
de las esferas gubernamentales. Y si él señala que para acabar con ellas es
urgente que la sociedad genere contextos favorables, leyes y acciones que la
protejan y la liberen de estos estorbos, pues entonces, hay que llamar al pueblo
para que demos fuerza a esa idea y juntos obliguemos a las autoridades a ceder
y conceder a lo que tenemos derecho. Echar mano de la presión del pueblo
organizado para correr a estas arañas del gobierno y del poder. ¡Ya basta que
nos estén viendo la cara! Sólo así
acabaremos con los corruptos y con los corruptores
que se han adueñado de México ¡Esa es la única salida!
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