miércoles, 11 de febrero de 2015

Marcelo, ¿el carnal de quién?
Por JESUS SOSA CASTRO
El 14 de marzo del dos mil, Marcelo Ebrard le mandó  una carta a Andrés Manuel López Obrador, en ese entonces candidato del PRD al gobierno capitalino, en la que le decía que ni él ni el Partido del Centro Democrático del que era miembro, eran de izquierda. De entonces a la fecha han caído muchos aguaceros. Los más fuertes que se han precipitado sobre el carnal,  fueron la represión bestial contra la gente, ocurrida el 1º de diciembre del 2011 en la toma de posesión de Peña Nieto y el desbarajuste que hay en la llamada línea dorada del Metro. ¿Por qué su partido de ahora lo trata con tanto desprecio, si los políticos profesionales de izquierda y de derecha se lo andan disputando?  
Es probable que ese desdén de los perredistas se deba a la soberbia y a los devaneos políticos de Marcelo. Acuerda con el señor de los moches, Gustavo Madero y al mismo tiempo le hace ojitos a Morena. Su oportunismo de toda laya es lo que no le gusta a su homólogo Chucho Ortega, jefe del chuchinero, que hasta hoy le sigue negando la candidatura plurinominal. En cambio, Morena está dispuesta aceptar todo tipo de cascajo, en aras de alcanzar un triunfo  electoral
Once años después, en declaraciones al mismo periódico, criticaba a quienes lo acusaban de ser un político derechoso y afirmaba que “era militante del PRD y de las ideas de izquierda” Marcelo aseguraba que lo que define a un político, es su trabajo y, agregaba: “Los gobiernos se evalúan no tanto por la etiqueta originaria, sino por los resultados” Si esto es así, entonces vamos viendo de qué lado masca la iguana
Marcelo como Jefe de Gobierno mantuvo los programas sociales de AMLO y esto no estuvo mal. El colmo hubiera sido eliminarlos o acotarlos como quiso hacerlo convirtiendo en prestaciones sociales lo que AMLO convirtió en ley. Esto pasó con la pensión alimentaria a los adultos mayores. En contra de este intento, hay que anotarle a favor de Marcelo, la aprobación de le Ley del aborto, la Sociedad de Convivencia, el derecho de vivir en pareja y la adopción por parte de las parejas homosexuales. Estos hechos son harto trascendentes
La otra cara del ejercicio gubernamental de Marcelo no fue solo su alejamiento de sus electores, sino la forma de cómo los trató. Un resumen apretado indica que el Jefe de gobierno no le gustó consultar a la gente. Hizo uso de su autoritarismo para imponer a los citadinos la construcción de la Súper Vía Poniente. Concesionó la construcción y el derecho de peaje por treinta años a la empresa española OHL, olvidándose de los ciudadanos que pagamos impuestos para transitar libremente por nuestras calles y carreteras; entregó a TV Azteca terrenos que pertenecían no al gobierno sino a la ciudad, para que construyera en Azcapotzalco un enorme centro de espectáculos; en la Col. del Valle le regaló una calle a Televisa, aunque después reculó; implementó operativos policiacos que afectaron los derechos constitucionales de libre tránsito convirtiendo al DF en un espacio policíaco. Junto con la Asamblea de Representantes aprobó una Ley de Participación Ciudadana que en nada sirvió para hacer justo, socialmente, el llamado presupuesto participativo
Como nunca, la ciudad vivió una corrupción descomunal, ningún trámite marchaba si no se caía uno con la mordida; la ciudad estaba insufrible y llena de baches. Sólo el “Sonrisas” el último regente priista, y Mancera lo han superado en tener la ciudad llena de baches y de corrupción; se contravinieron los programas educativos que le dieron vida a la UACM y se toleraron las políticas y conductas de una rectora autoritaria e incompetente que quiso destruir esta Universidad
Ahora bien. Marcelo Ebrard fue electo jefe de Gobierno porque lo propuso AMLO. Los que votaron por él lo hicieron en ese entendido. Pero hoy el carnal ha evolucionado hacia la derecha, coquetea con el PAN y está ligado al grupo que ha llevado al PRD a su máximo desprestigio. Quiere ser candidato de quien sea, y los partidos, que sólo ven sus intereses, se lo andan disputando como si fuera una vedete. ¡Lo que a él importa es el poder, a los partidos, ganar la elección!  ¿Es éticamente válido jugar con los intereses del pueblo, abrirle las puertas a cualquiera cuando en este caso, su historia política está llena de resultados que benefician principalmente a la derecha y se excluye a los que luchan realmente por el cambio?  ¿Acaso ya se olvidó su comportamiento desleal y deshonroso durante la campaña presidencial de Andrés Manuel en el 2012?
Estos son algunos de los resultados de su gobierno y de su comportamiento político. Para mí y para muchos ciudadanos que vivimos y sufrimos sus políticas, no nos merece ni confianza ni respeto. Al final de su ejercicio gubernamental en el DF dio su brazo a torcer reconociendo al espurio Felipe Calderón, reprimió a la gente que protestaba por la imposición en la Presidencia de PN y le abrió las puertas a las fuerzas policíacas para que golpearan los derechos ciudadanos. La falta de apoyo a Encinas en el Estado de México, fue la evidencia de que una cosa es lo que dice y otra la que hace. Por eso las actitudes y las propuestas de este tipo de políticos no calan en la gente. ¡Ya los conoce! No son factor para sumar, sino para restar. Por eso muchos nos preguntamos: ¿De quién es carnal realmente, Marcelo, del centro o de la derecha? ¡Porque de la izquierda, no es!

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