El Presidente represor
Un texto de Armando Martínez Verdugo
que ayuda a entender el por qué las resistencias populares deben articularse
para triunfar. Ojalá que los maestros de la CNTE entiendan el sentido de este
documento
Los gobiernos priistas y los priistas
en general tienen mente de policía; su pensamiento y su cosmovisión les llevan
a tener siempre a la mano el garrote, el puñal y el arma con las que cifran todas las esperanzas de
avasallar e imponer su voluntad. Toda la historia del priismo, sea cual sea el color con el que se vista (tricolor, azul,
verde o amarillo) está llena de asesinatos, de torturas, de desapariciones
forzadas, de criminalización de todo lo que toca. Unos más, otros menos, todos
los gobiernos priistas están hechos
de esta arcilla asesina. Se iniciaron con el asesinato de Madero, de Ricardo
Flores Magón, de Emiliano Zapata, de Francisco Villa; se siguieron con el magnicidio
a Colosio y Ruiz Massieu, pasando por el homicidio de miles y miles de activistas y luchadores
de nuestro pueblo
El actual jefe del Estado y del
gobierno mexicano es un fiel guardián de esta tradición. Fue el gobernador que
movió sus huestes para reprimir al pueblo de Atenco, para matar ahí y para
violar ahí sin ningún miramiento. Todo al estilo priista.
El actual jefe del Estado y del
gobierno mexicano, se hizo del cargo violando los principios constitucionales
que obligan a una elección limpia. El mismo día de su coronación como
Presidente de la República ordenó que a punta de garrote, de gases lacrimógenos
y de una parafernalia fascistoide nada desluciera ni perturbara el
acto en el que se le ungía como el nuevo patriarca y señor
Ya en el cargo, toda su gestión
ha estado basada en movimientos de gendarme. No ha caído en la ridiculez del
panista-priista Felipe Calderón, de vestir las charreteras, pero sus políticas se han sostenido como
aquél, en la fuerza represiva. En violación flagrante de la Carta Magna, ha
convertido, lastimosamente, al ejército mexicano en un represor de los propios
mexicanos. Lo ha llevado a la situación de un vulgar policía que allana
domicilios, que detiene sin orden de aprehensión, que monta retenes y esculca
vehículos y personas tratando a la población como seguros delincuentes. El priismo hecho Estado, hecho gobierno y
hecho Presidencia, ha convertido a México en un país que ocupa el deshonroso
primer lugar en fabricar hombres
superbillonarios y a millones de pobres, un país de tortura y de delitos de
lesa humanidad. El priismo ha llevado
al Ejército, a algo que esta institución no se merece, a ser agentes
involucrados en violación de “viejitas”, en el asesinato de jóvenes
estudiantes, en los terribles hechos de Tlatlaya, de Apatzingán, de Ayotzinapa,
de Santa María Ostula, de un sinnúmero
de violaciones a los derechos humanos, de agravios a nuestro pueblo
El priismo es una práctica de liquidación de la soberanía nacional, es
una cultura de sumisión y de entreguismo de todo el acervo histórico forjado
por nuestro pueblo, de hipoteca del patrimonio de México. El priismo es servilismo a los grandes
magnates transnacionales; es una práctica de ultrajes y de infamias a las
mexicanas y a los mexicanos a quienes considera sin honor y sin dignidad,
factibles de venderse por una despensa, por unas monedas, por cemento y varilla; gente que todo lo olvida,
hecha para la esclavitud y que no aguanta “un cañonazo de 20 mil pesos”, como
diría uno de sus héroes más festejados
El actual jefe del Estado y de la
Presidencia de la República es un preclaro representante de esa estirpe de
vende-patrias. Todas sus tristemente célebres “reformas” son actos de
servilismo al gran capital. Ha llevado al límite la entrega de la energía a los
multibillonarios del planeta; ha impuesto el mayor despojo moderno del
territorio nacional, abriendo las puertas para que los ricachones del mundo
escarben nuestro suelo, roben el aire, el agua, esquilmen a todo lo que sea
productivo exprimir. Hoy está lanzado a destruir al sistema de educación en
México e imponer un sistema deshumanizado, mercantilizado y esterilizador;
forjador de técnicos sin mente crítica ni propositiva
El priismo es corrupto y corruptor. No hay priista que no esté
manchado con fraudes, con actos de tráfico de influencias, de enriquecimiento
ilícito, de cohecho, de lavado de dinero; el priismo es terrorismo de Estado, de desaparición forzada, de
tortura, de violación sistemática de los llamados derechos humanos
El actual jefe de Estado y de
gobierno en México, todo su gabinete, está creando riqueza personal como
siempre lo han hecho todos los priistas: usufructuando las arcas del Estado y
el presupuesto como de su propiedad, usando el cargo para obtener propiedades,
trabajando día con día para ser multibillonario una vez que le toque dejar el
cargo a otro priista que vendrá a repetir la historia
Pero esa historia de saqueo, de
despojos, de mentiras y de crímenes de lesa humanidad que es el priismo debe terminar; debemos ponerle
un hasta aquí. Todo el pueblo mexicano debe levantarse a la lucha por sacar a
esa casta de ladrones de la conducción político-estatal de la sociedad
mexicana. El pueblo hará conciencia de esta necesidad, se organizará, se
coordinará, forjará la fuerza necesaria para cambiar el rumbo de la historia de
nuestro país
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