Una propuesta política para
desarrollar la democracia en Morena
Un posicionamiento político de los que queremos democracia en el partido
El balance que hacemos del proceso electoral del 7 de junio,
es positivo. Quedó claro que el liderazgo de Andrés Manuel, mantiene una
relevancia destacada especialmente en el DF, Puebla, Veracruz, Estado de
México, Oaxaca y Q. Roo. En los otros Estados de la República, el Partido
observa un limitado crecimiento, una débil influencia y una organización deficiente.
Hay un desarrollo desigual. Algunas de las causas, según nuestro análisis, son atribuibles
a las formas en que fueron electas las direcciones, al desarraigo de estas con
sus bases y a la manera en que fueron seleccionados e impuestos dirigentes y
candidatos. Junto a este proceso difícil en la construcción de Morena nos
complace que en su primer proceso electoral haya pasado a ser la 4ª fuerza
nacional y la primera en el DF
Sin embargo, las prácticas a las que aludimos, no pueden
obviarse ni pueden repetirse en el desarrollo de la vida interna del partido y
menos con vistas a los procesos electorales que vienen. La repetición de actitudes
aplicadas como expresión de la vieja política ya no cabe en Morena. Los valores
y propuestas contenidos en la
declaración de principios y en el programa de acción, son los instrumentos que
hay que recuperar para darle contenido
cierto a nuestro trabajo y a nuestras actividades partidistas. Desde su fundación hasta el 7 de junio del
año en curso, la dirección nacional no mostró ninguna capacidad para cambiar
las formas impositivas y autoritarias que han dado vida a Morena. En estos
vicios se asentó el comportamiento
esencial de muchos candidatos cuyos resultados electorales fueron un fracaso
Desterrar estas prácticas puede ser difícil. Es parte de una
decrépita cultura que aún subsiste en los partidos y en la sociedad. Pero si sostenemos
que MORENA es la organización a nivel nacional con la capacidad para disputarle
el poder a los neoliberales, no podemos seguir tolerando la antidemocracia ni
las imposiciones que hasta hoy han sido el sello que ha marcado la política del
partido. Junto a lo positivo del proceso electoral del 7 de junio, aparecieron también
vicios y formas de hacer política que hay que desterrar. Por eso necesitamos dar la lucha, con esfuerzo e inteligencia,
a fin de hacer de MORENA un partido democrático, horizontal, con una ética y una
práctica políticas que lo diferencien de los otros partidos
Sabemos que Morena pretende ser una organización plural donde
deberían caber todos los pensamientos. Lo que no cabe en su vida interna, es
que personajes y grupos impongan prácticas antidemocráticas, la exclusión, el
acarreo, la imposición y el autoritarismo. Todo en aras de controlar las
convocatorias, decidir quiénes son los consejeros, los órganos de dirección
intermedia y las candidaturas. Más aún, cuando algunos de esos personajes han
sido impuestos para desempeñar encargos en los órganos de representación
popular y se les permite seguir decidiendo sobre las políticas de organización
del partido, se les agrega un poder artificial que contraviene la democracia y
las decisiones soberanas de las bases. Estos cacicazgos y liderazgos viejos y desacreditados,
no se les puede permitir que sigan imponiendo dirigentes y decisiones. Permitirlo
sólo demostraría que no es la premura ni la falta de experiencia lo que
determina la aplicación de esas nefastas decisiones sino que así son las formas
de conducirse de esas personas y dirigentes
Porque no queremos que Morena sea lo que muchos auguran que
será, llamamos a todos los
militantes, a los que no forman parte de grupos de interés y de poder, a que
nos reunamos en algún lugar acordado por todos, con una agenda convenida
democráticamente, para discutir libre y respetuosamente los problemas de Morena.
Los acuerdos, si los hay, se tomarán por consenso, y no habrá afán de dirigir a
nadie. Se trata de buscar
los puntos coincidentes que garanticen la democratización de Morena y construir
juntos los órganos que sean la genuina expresión de las bases y de los Comités
Territoriales. En esta disputa entre lo viejo y lo nuevo, debemos de
convencer, avanzar, crear consenso sobre el partido que queremos. Un partido
democrático, ético, sin jefes, ni subalternos. Un partido donde imperen las
relaciones fraternales y se pueda debatir libremente sin que medien amenazas de
sanciones. Donde no haya grupos corporativos y donde las decisiones las tome la
base. Un Partido que no margine fuerzas, que no excluya a nadie. Si todos estamos
resistiendo las políticas públicas de la oligarquía, juntos busquemos las
formas de lucha para derrotarlas. No estamos por buscar incondicionales sino mujeres
y hombres libres, convencidos y críticos. Queremos que la dirección de MORENA
responda por todos los militantes, no solo por los cercanos a la nomenclatura
No tenemos nada qué perder. No vamos por los puestos, vamos
por la recuperación de la dignidad de las bases y por la democracia. Bajo estos
principios democráticos y de compañerismo, llamamos a quienes no tengan otro
interés que hacer de Morena el partido que concrete la esperanza. ¡Dialogar
para avanzar en la acción! Esta es la tarea más importante para hoy
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