miércoles, 22 de julio de 2015

 Que los errores de los otros no sean nunca los nuestros
Por JESÚS SOSA CASTRO
Una vez que terminó la gira de trabajo de Andrés Manuel por el Estado de Chiapas, sería bueno que concentrara sus esfuerzos en atender lo que a juicio de muchos, no se está haciendo bien en el Comité Ejecutivo Nacional. Hay una sensación de parálisis política. No se mueve nada. Los acontecimientos que han sacudido al país no conmueven a los dirigentes. En el DF no hay Dirección, todo está desmantelado. A casi dos meses del 7 de junio no se ha hecho un balance real, sin maquillajes, de los resultados electorales. Si alguien ya lo hizo, la militancia y los que votaron por sus candidatos, deben ser debidamente informados de cuáles fueron los resultados, los buenos y los malos. El partido debe generar la certeza de que Morena, es portadora de una práctica política distinta, que no será una caricatura del PRD ni de cualquier otro partido. Tiene que decirle a nuestros seguidores que los logros obtenidos son obra de los miembros y simpatizantes de Morena
Que los que salieron electos para ocupar los encargos de representación popular, habrán de mantener una subordinación plena con el partido, que no pueden ni deben separarse, jamás, de las bases. Que no podrán hacer mal uso de los recursos, porque eso es corrupción y hacerlo, es ver en el partido una caja proveedora de ilícitos. Que el comportamiento de los electos no tendrá en Morena el estribo para hacer carrera política o convertirse en los nuevos tata mandones. Para la militancia debe quedar claro que no habrá espacio para nadie que quiera actuar conforme a una lógica de castas, con elitismo o con grupos de poder. Requerimos que las decisiones fundamentales sean consultadas con las bases y se acabe con las prácticas autoritarias e impositivas. Quienes no consultan con el partido, no escuchan al partido, no le informan al partido, no construyen con el partido, no deberían tener cupo en sus filas. ¡Hay que amarrar a todos los que quieren estar por  encima de él!
Para que estas cosas no pasen se requiere mucha vigilancia, actuación de la gente y conciencia de los representantes. Los órganos de dirección deben acordar con los representantes populares y funcionarios electos de Morena, para formular el Plan de Trabajo y/o la “hoja de ruta” a la que deberá estar sometido su trabajo. Los elegidos no podrán nombrar asesores a su libre albedrío. Debe hacerse en conjunto con los órganos de dirección y evitar el nepotismo y el compadrazgo. Si algún elegido no prepara sus intervenciones, si no respeta las posiciones políticas del partido, si no informa a los electores que lo eligieron y a las instancias del caso, ese representante puede y debe ser removido de su puesto y de sus funciones tal como lo marcan los Estatutos
Todos los elegidos deben hacer público su patrimonio, su ausencia o presencia de “conflictos de interés” Todos los cargos, superiores e inferiores, deben ser trincheras para propagar las políticas y proyectos de MORENA. El partido debe abrir curso a una manera distinta de hacer política, a una cultura democrática, transparente, cristalina, cercana al pueblo y al servicio del pueblo. Una cultura de combate, de propuestas sustentables y de enraizamiento con los intereses de la gente. No hay que dilapidar el esfuerzo hecho por cientos y miles de militantes antes y durante la campaña. No deben dejarse atrapar por el trabajo en los cabildos o en las cámaras. El poder de Morena está en el trabajo casa por casa y en el contacto permanente con los ciudadanos
Si Morena repite lo que se hace en el PRD, su futuro es la marginación y el oprobio. Las derrotas del 2006 y el 2012 crearon desánimo y frustración en amplios sectores de la sociedad. Los triunfos de hoy, deben convertirse en una herramienta que levante los ánimos y la confianza. Que el triunfo de Morena, sirva para resarcir esas derrotas y en catapultar el trabajo para seguir avanzando. Si este capital no lo utilizamos bien, si no caminamos con la gente, nuestro crédito político puede quedar severamente lastimado. Para garantizar nuestros avances, desarrollos y triunfos futuros, éstos deben fraguarse en el presente, en la actuación puntual de todos y cada uno de los que dan vida a Morena
La opinión pública está dando seguimiento a nuestros pasos. La dirección Nacional debería tomar nota de las inconformidades internas que crecen en el país,  examinar la conveniencia de que en una fecha próxima, tal vez antes de que empiece el ejercicio de la nueva legislatura, se convoque a una gran concentración pública  en la que estén presentes todos los elegidos y todos los órganos de Dirección para presentar, en la plaza pública y ante el pueblo, el proyecto político y los puntos programáticos que serán motivo de nuestra lucha dentro y fuera del parlamento. Tenemos la obligación de informar a la gente lo que en su nombre y con su apoyo, será lo que haremos en la lucha por sus intereses

De inmediato hay que empezar con la formación de cuadros. El manejo teórico, la capacitación política, ideológica y organizativa son algo que no se puede posponer. Las traiciones, corruptelas y prevaricaciones que ocurren en los partidos, tienen su origen en el atraso político, en la cultura priista y en la falta de cuidado en la selección de los cuadros. No es suficiente tener a personas honestas. Necesitamos líderes altamente profesionales, conocedores de las técnicas electorales, que enfrenten con éxito a las chuchas cuereras del PRIANRD; pero sobre todo, necesitamos líderes capacitados en la política, en la ideología, en los métodos de organización, sin lo cual, difícilmente podremos vencer a nuestros adversarios. Nadie lo sabe ni lo puede todo. ¡Por lo tanto, ha llegado el momento de mirar, de oír, de organizar y de tomar en cuenta a la gente! La democracia no es lo que se dice sino lo que se ve y se siente. Y en esto, con todo respeto para quienes dirigen a Morena, les falta pasar de las palabras a los hechos, porque hasta ahora, la democracia en Morena tiene mucho de cuento ¡Acabemos con estas mañas!

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